Conoce el pueblo japonés invadido por terroríficos muñecos de trapo
Todo comenzó cuando Tsukimi Ayano de 65 años de edad, regresó a Nagoro para cuidar a su padre de 85 años, Tsukimi no había estado en el lugar desde hace décadas y había muchos cambios que no pudo asimilar muy bien.
De entrada, la población era casi nula, y él recordaba todo de una manera diferente. En su infancia, había mucha gente yendo y viniendo, hoy en día sólo hay 35 personas en toda la villa.
¿Qué hizo? La respuesta es obvia, empezó a hacer muñecos de tamaño natural en el taller de su papá y a colocarlos por todo el lugar para reemplazar a todos los aldeanos que habían muerto o se habían mudado.
Los coloca en paradas de autobuses, en la escuela abandonada o en cualquier lugar donde necesite haber algún aldeano. Si cobran vida o no por la noche, no sabemos, pero no pensamos ir a averiguarlo.
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