La pelea pactada en peso welter, obligaba a ambos contendientes a no superar las 147 libras; esto no fue problema, pues el estadunidense pesó 146 libras mientras que el filipino registró 145 libras.
Con esto, todo quedó listo para una pelea que no tendrá revancha, pues ambos pugilistas se encuentran en la recta final de sus carreras, así pues, será el próximo sábado cuando se sepa quién es el mejor boxeador del mundo.
Mayweather es un as en defensa, siempre esquivo, rápido de pies, centrado en proteger la cara que le vale el apelativo de “pretty boy” y en busca siempre del contragolpe. Resistente, confía en su físico, en llegar al último segundo del duodécimo asalto.
Pacquiao es un púgil diferente, casi temerario, de los que hacen disfrutar a los aficionados porque siempre busca castigar al rival. “La gente quiere una pelea emocionante. Lo llaman boxeo. Boxeo es pegar. Eso es lo que quieren los fans, acción”, pidió el filipino, que cuenta con que su oponente correrá y correrá.
Tanta gente pagó tanto dinero que no puede estar equivocada, pero Floyd Mayweather y Manny Pacquiao deben aún refrendar mañana la expectativa que sitúa el combate de Las Vegas como uno de los mejores de la historia del boxeo.
[Vía: La Afición / DPA]
