Conoce: La leyenda de la mujer fantasma del Vado de Meoqui
(Meoqui, Chihuahua).- Esta leyenda tal vez sea una de las más antiguas de Meoqui y por lo mismo muy poco conocida actualmente.
Esta leyenda se remonta al año de 1773, cuando la Cuarta Compañía Volanta, al mando del capitán Tomás Egurrola, se asentó en la población de San Pablo, como punto fijo de residencia, para salir a combatir desde este sitio a los bárbaros donde éstos se encontrasen. Así fue como esta población pacífica creció, convirtiéndose en el Puesto Militar San Pablo.
[ads1]
En los alrededores y en la ribera del río se encontraban algunas viviendas rústicas de indios conchos. En una de esas chozas vivía una hermosa india, cuyo nombre cristiano era Margarita.
Su belleza atraía las miradas de todos los varones, pero para ella no había otro hombre que su amor de la infancia. Otro indio concho con el nombre cristiano de Marcos.
Marcos y Margarita se amaban profunda e intensamente y solamente estaban esperando la fecha fijada por el sacerdote franciscano y guía espiritual para contraer matrimonio.
Mientras que esto sucedía, ellos acostumbraban a pasear diariamente por la orilla del río a la luz de la luna y de las estrellas, acompañados por los cantos de las ranas y los grillos, murmurándose al oído palabras de amor, sin imaginarse lo que el destino les tenía preparado.
[ads1]
Dentro de dicha Compañía estaba el soldado Rogelio Antúnez, sujeto pendenciero, amante de los juegos de azar, de la bebida y de las mujeres, que al llegar de uno de los recorridos de dicha Compañía, le tocó en suerte llevar los caballos al río a beber.
Fue en ese momento en que vio a Margarita, que se encontraba lavando la ropa. Rogelio quedó paralizado de la emoción que le causó su belleza y en ese momento juró que esa mujer sería solamente suya y no de otro.
Inmediatamente, con sus dotes de conquistador de mujeres, se acercó a Margarita, pensando que iba a caer rendida a sus pies como estaba acostumbrado.
[ads1]
Nunca esperó ese fuerte rechazo que hirió su hombría y le hizo perder la cabeza, obteniendo por la fuerza lo que nunca iba obtener ni por las buenas.
Margarita, herida en su honra, emocionalmente destrozada y fuera de sí, se arrojó a las aguas profundas y crecidas del río para buscar la muerte.
Dice esta vieja leyenda, que desde entonces, por los alrededores del río San Pedro, por el vado y sus cercanías, ronda por las noches de luna el fantasma de Margarita buscando a Marcos, su amor imposible, para pedirle perdón por haberlo abandonado en las circunstancias que lo hizo.
[ads1]
Dicen que este fantasma se les aparece a todos los hombres que encuentra en estos lugares, creyendo que son Marcos.